Todo hay que decirlo comenzó con Michael Jackson. En Francia en los 80 después de Thriller nos mal acostumbraron a un video clip diario más o menos antes de la noticias, allí sonaba mucho Gilbert Montagné, yo juntaba discos de 45 y tenía «Le blues de toi» pero la que me gustaba de verdad era Musicienne. En CAFÉ la grabé por varias razones: por que ya la tocaba en vivo y es de esas canciones que por alguna misteriosa razón ponen a todo el mundo de acuerdo ¡Le gustaba hasta a Daniel Bravo! y porque un día cantadola en el Bar Bahía de la plaza del tripi en Barcelona vino Tula, y ahí empezó el acoso: Ella: «Yo quiero cantar musicienne», y yo «Vale, vale». Todo el mundo quiere a Tal Ben Ari para cantar, pero la mejor toma de tula está en la versión CD de la hermosísima balada del maestro. En mi balcón la traigo para casa, como solía cantarla en las mañanas sín creermelo mucho hasta que Michèle Alderete de Gema 4 me dijo «tienes que cantar esas versiones en francés», el resto, historia.